El DHA es esencial para tu cerebro porque es utilizado para construir y sustentar las membranas cerebrales. Tu cerebro funciona a través de señales eléctricas y químicas las cuales se intercambian entre los nervios a través de sus membranas, por lo tanto necesitas membranas cerebrales en buen estado..
Estudios han demostrado que el DHA puede ayudar a mantener estas membranas saludables. La investigación indica que el EPA y DHA tienen un impacto positivo en los siguientes padecimientos:.
Caracterizada por alucinaciones, delirios, voces internas y un comportamiento altamente anormal, la esquizofrenia ha sido temida siempre. Con la llegada de nuevos medicamentos (verdaderas lobotomías químicas) parece ahora que la esquizofrenia es una enfermedad controlable. De cualquier manera los medicamentos no trabajan en todos los pacientes y muchos de ellos se niegan a tomarlos por sus desagradables efectos secundarios, como la pérdida de cualquier pensamiento creativo.
La demencia se asocia con el desarrollo de placas amiloides en el cerebro, similar en muchas maneras a las placas que tapan las paredes de la arteria y que provocan paros cardiacos. De hecho, personas con susceptibilidad genética para tener infartos (una variación de la proteína Apo E) también tienen riesgo elevado de desarrollar demencia u otros problemas de la memoria. Si reducir la inflamación es tan bueno para el corazón, entonces reducir la inflamación debe de ser bueno para el cerebro. Tal vez, no deba sorprendernos que las personas que tienen mucho tiempo usando medicamentos anti-inflamatorios tienen una incidencia menor de demencia o pérdida de la memoria, que el resto de la población.
¿Existe entonces alguna estrategia apropiada para reducir la posibilidad de desarrollar Demencia?
En los datos que señala el Estudio Framingham Herat, pacientes con niveles bajos de ácidos grasos de cadena larga Omega 3 en su sangre, tienen una probabilidad mayor al 67% de desarrollar demencia. De hecho, consumir suplementos con DHA parece mejorar la función cognitiva de los pacientes, de acuerdo a un estudio de intervención. Más impresionante es que pacientes que consumen la mayoría de los ácidos grasos Omega 6 tienen un aumento de 250% en posibilidades de desarrollar demencia. Recuerda que el sobre-consumo de ácidos grasos omega 6 (que encontramos en los aceites vegetales comunes) lo que produce un exceso de ácido araquidónico.
Por esta razón podríamos afirmar que producir muchos eicosanoides pro-inflamatorios y no suficientes anti-inflamatorios incrementa tu riesgo. Esta hipótesis fue confirmada por estudios recientes que midieron el rango AA/EPA de los pacientes.
Los desórdenes emocionales y la ansiedad son condiciones que incapacitan y en las que la vida se vuelve algo sin esperanza. En el pasado, esta enfermedad se llamaba melancolía. Se pierde el placer de hacer las cosas que traen alegría y emoción. Se evapora cualquier motivación para el futuro.
Los desórdenes emocionales han aumentado de una manera significativa en el siglo pasado, casi 20 millones de personas fueron afectadas. El incremento de esta incidencia va de la mano con la disminución en el consumo de pescado y de aceite omega 3.
Los investigadores en Psiquiatría descubrieron hace décadas que niveles disminuidos de ánimo, son frecuentemente causados por la falta de un neurotransmisor llamado Serotonina.
De hecho, las compañías que fabrican medicamentos han hecho billones de dólares desarrollando medicamentos que aumentan los niveles de Serotonina, como Prozac, Paxil, Zoloft. Estudios científicos más recientes han descubierto que personas sin ningún desorden emocional experimentan una mejora en su estado de ánimo cuando consumen unos de estos medicamentos. Pareciera que el mundo ha desarrollado una deficiencia de Serotonina.
Además en estudios con el SPECT (Single photo emission computed tomography), los investigadores han descubierto que el flujo sanguíneo en un cerebro normal es uniforme y el flujo sanguíneo en el cerebro de los pacientes con desórdenes emocionales y ansiedad, es totalmente irregular, donde inclusive se observan “hoyos” en los que no hay flujo sanguíneo. Las altas dosis de aceite de pescado ultra-refinado aumentan el flujo sanguíneo, ahora tenemos otra pista potencial para explicar las bases moleculares de estas condiciones. Finalmente, los esquimales de Groenlandia no padecen ninguna de estas condiciones.
¿Podría ser que simplemente el comer una cantidad más grande de pescado es la respuesta a esta incidencia de ansiedad y desórdenes emocionales? Si este fuera el caso, debería de haber una fuerte relación entre la cantidad consumida de pescado y estas condiciones.
Bueno, esto es poco probable ya que existen estudios en animales que han demostrado un incremento significativo en la cantidad de Serotonina en la corteza frontal del cerebro, en los animales que consumen grandes cantidades de pescado a comparación de los animales que se les da la ración estándar de Omega 6.
Estos estudios con animales han sido verificados en investigaciones recientes en humanos e indican que el rango AA/EA se encuentra elevado en el fluido cerebro-espinal en pacientes con problemas de ansiedad y desordenes emocionales, comparado con pacientes con niveles saludables de estado de ánimo. También estudios en Bélgica indican que pacientes con desórdenes emocionales tienen niveles bajos de ácidos grasos Omega 3 en su sangre y un rango AA/EPA significativamente elevado comparado con individuos sanos. Investigadores británicos han confirmado estos estudios.
Una razón por la que el consumo de aceite de pescado ultra-refinado, puede mejorar los desórdenes emocionales es porque reduce los niveles de Ácido Araquidónico (AA). Esto, a su vez, lleva a una reducción en la producción de Eicosanoides pro-inflamatorios, como la PGE2, que se encuentra presente en el fluido espinal de pacientes con ansiedad y desórdenes emocionales comparado con los pacientes sanos.
Los investigadores han encontrado que la alta ingesta de aceite de pescado reduce el rango AA/EPA.
Los otros pacientes recibieron un placebo de aceite de oliva. Después de 4 meses del estudio que debió de durar 9 meses, los investigadores finalizaron la investigación por que la diferencia entre los pacientes que tomaron Omega 3 y los que tomaron el placebo era tan grande, que consideraron que sería no ético continuar el estudio. (Otro factor que complicó la situación fue que el aceite de pescado ultra-refinado, proveído por el gobierno de los EUA se agotó)
Aún en ese estudio corto, aquellos individuos bajo la ingesta de altas dosis de aceite de pescado experimentaron una estabilización en sus síntomas, mientras aquellos en el grupo control tomando aceite de olivo, empeoraron significativamente sus síntomas.
Ahora la pregunta sería: ¿Qué estaba pasando dentro de los cerebros de estos pacientes que les ayudo a aliviar sus desórdenes emocionales? Una respuesta sería que los niveles de Serotonina aumentaron en el neurocortex frontal del cerebro, como se demostró previamente en estudios animales.
Aun con todo lo dramático de estos resultados, algunos creen que los resultados hubieran sido aun mejores si los investigadores en Harvard hubieran mantenido los niveles de insulina de los pacientes bajo control ( a través de las recomendaciones del plan de alimentación de la Zona) al mismo tiempo que suplementándolos con aun más altas dosis de aceite de pescado. Una disminución en los niveles de insulina hubiera reducido la producción de ácido araquidonico y por lo tanto potencializado los beneficios de las altas dosis de aceite de pescado. Además una disminución en los niveles de insulina habría mantenido una provisión más constante de glucosa hacia el cerebro.
Investigaciones indican que adolescentes y adultos jóvenes que tienen dietas ricas en EPA y DHA tienen menos problemas de comportamiento que otros adolescentes y adultos jóvenes.
Las tensiones emocionales y psicológicas durante los años adolescentes y al principio de la edad adulta pueden manifestarse en una variedad de comportamientos negativos. Estos comportamientos pueden ir de la agresión a la depresión.
Usualmente la esquizofrenia se presenta en la adolescencia y en la edad adulta temprana. Estas condiciones del comportamiento pueden ser difíciles de diagnosticar y de tratar pero, afortunadamente, se han dado grandes pasos en la investigación en el área de la salud mental.
Puesto que la mayoría de las enfermedades mentales son el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro, y ya que sabemos que nuestra dieta puede influenciar nuestra química cerebral, comer una dieta rica en Omega 3 puede ayudar a mejorar nuestra salud mental. Los estudios han sugerido que una dieta sana, que incluye un suplemento diario recomendado de EPA y de DHA, puede ayudar a reducir el riesgo, o los síntomas asociados con las enfermedades mentales. Es por lo tanto, particularmente importante que los adolescentes y los adultos jóvenes se aseguren de que están consumiendo regularmente niveles adecuados de EPA y de DHA en su alimentación.
Referencias:
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