Omega 3 y las enfermedades autoinmunes

Noviembre del 2012

Los desordenes autoinmunes de las células nerviosas dejan al paciente con un cuerpo que no responde, con el funcionamiento mental intacto.

En esclerosis múltiple, la membrana aisladora que cubre las células nerviosas de “deshace” haciendo difícil que las células cerebrales transmitan sus señales.

Aunque la causa molecular de los desórdenes autoinmunes que afectan los nervios es desconocida, los científicos han aprendido que es un problema conducido sobre todo por la inflamación.

Es interesante saber que está condición es prácticamente desconocida para los esquimales de Groenlandia. ¿Podría su alto consumo de ácidos grasos de cadena larga Omega 3 proporcionar una pista para la prevención y el tratamiento de esta seria condición?

Como todos los problemas inflamatorios, los desórdenes autoinmunes son caracterizados por una sobre-producción de Eicosanoides pro-inflamatorios. Existe una variedad de medicamentos para las condiciones inflamatorias no cerebrales, desde la aspirina hasta los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (como el Advil) estos pueden disminuir la inflamación y proporcionar un consuelo temporal al paciente.

Desafortunadamente, estos medicamentos no pueden pasar a través de la barrera que separa el cerebro del riego sanguíneo. Uno de los tratamientos usados principalmente es un medicamento llamado beta-interferón. La razón por la cual se usa, es porque se cree que inhibirá la síntesis de citocinas pro-inflamatorias.

Los ácidos grasos Omega 3 de cadena larga inhiben la síntesis de citocinas inflamatorias. Esto explica porqué las poblaciones que consumen más pescado tienen los índices más bajos de desórdenes autoinmunes que afectan las células nerviosas.

Un estudio de intervención, es la única manera de probar todas estas teorías. Tal estudio fue hecho en Noruega cuando dieron a los pacientes ácidos grasos Omega 3 de cadena larga diariamente durante dos años.

Los pacientes también fueron instruidos a consumir pescado 3 o 4 veces por semana (lo cual aumentaría su consumo de aceite de pescado), disminuir el consumo de carne roja (lo cual disminuiría el consumo de ácido araquidónico), y comer más frutas y verduras.

La investigación demuestra que el EPA y el DHA pueden ayudar a reducir o a suprimir la producción de muchos de estos químicos inflamatorios. Consecuentemente, el EPA y el DHA pueden ayudar a reducir el riesgo de las reacciones inflamatorias causadas por: